La ciudad estado fue fundada tras la conquista de Laconia por los dorios.
Todo se encaminaría a reforzar su poderío militar, ya que desde niños los sometian a duros entrenamientos y a no tener miedo ni dolor. Esparta se convertiría en la ciudad hoplita por excelencia. Esparta sometió a la totalidad de Laconia, estos se vieron obligados a firmar pactos de alianza con Esparta.
Los medos (persas), se interesaron por ampliar su imperio hacia Europa. Si lograban conquistar Grecia, no habría pueblo que les pudiera hacer frente.
Los espartanos arrojaron a un pozo a los emisarios de Darío I, llegados para reclamar la tierra y el agua, y también rechazaron ayuda ateniense.
En el año 481 a. C., cuando Jerjes reclamó de nuevo la tierra y el agua a todas las ciudades griegas, fue concedido el mando de la lucha a los espartanos, a pesar de la superioridad numérica de los atenienses.
Los espartanos, mandados por su rey Leónidas, defendieron valerosamente el desfiladero de las Termópilas, retrasando en forma notable el avance de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina. En contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses, quienes tuvieron que recurrir al chantaje para forzar la batalla en el estrecho.
En el 479 a. C., la victoria de Platea se logró bajo el mando del general Pausanias.
El general Pausanias recibió la misión de destruir el puente de barcas construido por los persas sobre el Bósforo, con el fin de dificultar su retirada, pero una tempestad se encargó por él del trabajo.
Apenas terminadas las guerras médicas, Esparta se inquietó por el creciente poderío de Atenas, enardecida ésta por sus victorias contra los persas. Esparta prohibió a Atenas reconstruir sus murallas, destruidas por los persas. En el 433 a. C., el asunto de Corcira dio lugar al inicio de la Guerra del Peloponeso.
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